La anorexia nerviosa consiste en una restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades individuales de cada persona. Que conduce a un peso corporal muy bajo en comparación con el esperado según la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física.
Esta progresiva pérdida de peso conlleva un debilitamiento general del organismo, a pesar de que las personas que lo padecen con frecuencia mantienen una actividad general bastante elevada, siendo esta otra forma o manera de reducir dicho peso.
¿Cuáles son los criterios necesarios para que se dé un trastorno de alimentación, en este caso de anorexia?
Hay que acudir a un profesional si se observan o se sospechan los siguientes síntomas:
- Hay una restricción en la ingesta de comida en relación con las necesidades individuales.
- Observamos un miedo intenso a ganar peso o a engordar o, un comportamiento persistente que interfiere en el aumento del peso como hacer mucho ejercicio, incluso teniendo un peso inferior al normal.
- O existe una alteración de la percepción o en la forma en que uno mismo percibe su propio peso o constitución. Esto puede identificarse en la autoevaluación que se de esa persona o en la falta continúa de reconocimiento de la gravedad del peso corporal tan bajo. No perciben los riesgos.
¿De qué forma puede presentarse?
Normalmente, suele presentarse de dos formas:
- Por un lado, está el tipo restrictivo que consiste en que la persona que lo padece no tiene episodios de atracones o purgas, es decir, el vómito no se provoca y no se utilizan laxantes, diuréticos o enemas. La pérdida de peso sobre todo es debida a la dieta, el ayuno y / o al ejercicio excesivo.
- Y por otro, con atracones o purgas, que ocurre cuando la persona tiene episodios recurrentes de atracones o purgas, provocándose el vómito o utilizando de forma incorrecta laxantes, diuréticos o enemas.
¿Cómo podemos conocer la gravedad de la misma?
En los adultos, la gravedad se basa en el índice de masa corporal (IMC) y, en niños y adolescentes, en el percentil del IMC (según edad, sexo, curso del desarrollo y salud física).
Los límites según la OMS para la delgadez en adultos son:
- Leve: IMC ≥ 17 kg/m2
- Moderado: IMC 16–16,99 kg/m2
- Grave: IMC 15–15,99 kg/m2
- Extremo: IMC < 15 kg/m2
¿Cuáles son los cambios somáticos y fisiológicos que pueden darme una pista de que una persona cercana está sufriendo esta enfermedad?
El primer cambio, observable, es la pérdida de peso, el adelgazamiento. Tras ello, cuándo comienza a ser excesiva aparecen una serie de alteraciones como consecuencia de la malnutrición:
- Hipotermia, la persona verbaliza o experimenta frío aunque no lo haga debido a la baja temperatura corporal.
- Bradicardia, puede notarse en sus pulsaciones ya que el corazón late más despacio.
- Pérdida o debilitamiento del cabello, debido a que al no existir los nutrientes necesarios se hace más frágil.
- Podemos observar su piel más seca, ya que tiende a deshidratarse.
- Los dedos suelen tenerlos algo amoratados, levemente cianóticos, puesto que el corazón bombea la sangre con menos fuerza y queda retenida en las partes del cuerpo más alejadas de él.
- Sensación de plenitud que se interpreta como que han comido más de la cuenta con ingestas mínimas, debido a que el estómago reduce su capacidad funcional, por lo que tarda más tiempo de lo normal en vaciarse.
- Estreñimiento, debido a que el intestino pierde movilidad. Este hecho estas personas lo interpretan como un aumento de peso y de volumen por la retención de las heces.
Todo ello ocurre porque su cuerpo se defiende de la reducción de calorías procurando gastar menos. A medida que va pasando el tiempo los riesgos y las complicaciones tanto físicas como psicológicas aumentan. Hay que tener en cuenta que la anorexia nerviosa es el único trastorno que por su propia naturaleza conlleva riesgos de mortalidad por lo que recomendamos que ante la mínima duda se acuda a un profesional.
Esperamos que la información haya sido de vuestro interés y el viernes os dejaremos un vídeo en el que hablaremos de los factores que favorecen la aparición de dicho trastorno y las variables que funcionan como mantenedoras.
Noemí Gutiérrez Serrano (Nº col.: M.26735)
Psicóloga con especialidad en salud y clínica.
Experta en terapia familiar sistémica